lunes, 11 de mayo de 2009

No importa mi locura cuando la carne a desgarrar es la que amenaza sus vidas. No importa entonces el tirón salvaje de mis anhelos, no es crucial ni relevante.

Es algo que se espera, incluso. Se espera que el torbellino se desate en mí cuando la lucha empieza, cuando la sangre que mancha el suelo y se mezcla con la tierra es la nuestra.

La mente se nubla y de súbito la tormenta queda libre. Se ve con claridad...

Pero cuando la necesidad es propia y la barbarie que ejerzo les es indiferente porque no tiene que ver con ellos, temen. Y no hay por qué, mi hacha ya ha cortado las cuerdas que iban a asfixiar sus vidas en más de una ocasión.

Les preocupa porque no lo comprenden... Qué más da qué bebiera o cómo lo hiciese. Lo importante es que ya no tengo sed. Lo demás no es crucial ni relevante.

Y yo... Yo me siento más calmado porque ha pagado con su sangre la mía y la de mis compañeros.

La tierra, los olores, los sonidos y los corazones de todo, me envuelven y arrullan. Dormiré tranquilo y feliz, perdido en euforia.

El caballo cuyas riendas han sido cortadas.

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