miércoles, 11 de marzo de 2009

vaya viajecito

Al final decidimos ir a Puerta de Baldur por mar. Acordamos contratar los servicios de un marino experto para que nos llevara sanos y salvos hasta allí, pero desde que subí a bordo incluso a mí me ha dado mala espina, esos $&%G%&R%$ dictadores de Azhkatla ni siquiera permiten a los barcos de paso hacer las labores de mantenimiento, y este de seguro debería haber pasado por el dique seco. Como líder del grupo (en buena hora me ofrecí) me presenté al Capitán, que está encantado de tener a un representante de Tymora a bordo, aunque no por ello deja de cobrarnos la tarifa adecuada. Pff debería haber negociado mejor, vistos los percances que hemos sufrido desde entonces casí debería habernos pagado por tenernos a bordo. Alguien contrató el pasaje para dos cajas que contenían a dos bestias trémulas vivas, por supuesto con alimento, pero sólo para la mitad del viaje, cooomo no, además se "olvidaron" de avisar del contenido de las cajas al capitán, como tambien se "ahorraron" el reforzar las cajas con unos buenos barrotes. El resultado fue que se comieron al caballo de Zordan, y casi hacen lo propio con nosotros. No he hablado con Zordan desde entonces, parecía contento por haber sobrevivido, pero sé el cariño que le tenía a tan noble bestia. A quien tampoco he vuelto a decir más de dos palabras seguidas es a ese idiota de Trogg, aunque como camarada pueda comprender su frustración contra mí por el fallo de mis conjuros, la blasfemia que ha cometido para mi señora es muy grave, y sé que mi señora no va a perdonarle así como así aunque yo lo haga. Gracias a la buena fortuna, no hemos tenido casi ningún mal encuentro en alta mar, tan solo unos trolls marinos que nos costaron la vida de un marinero, pero era casi el mejor final para el combate
No quise sospechar de más trampas; "Tymora proveerá" me dije, pero la cuarta noche nos hemos despertado tosiendo por el humo. Abro los ojos un poquito, luego como platos, mi camarote se está prendiendo fuego. "Hmmm, que raro..." las llamas no despiden calor alguno "El fuego es una ilusion?" me digo, pero salto de la cama y voy a por mi equipo, si alguien ha conjurado una ilusión tan amenazadora sobre el barco es porque van a atacarlo en cuanto cunda el pánico, tal vez debamos abandonarlo. Abro mi cofre, cojo con cuidado mi petate y hago un bulto junto con mi armadura, embrazo mi escudo y cojo la maza "mierda, me faltan manos", me veo obligado a dejar mi ballesta allí, espero no necesitarla mientras repelemos el ataque, si las cosas van bien aquí estará cuando vuelva, pero si van mal... pues por lo menos mi petate y mi armadura vienen conmigo. Salgo al pasillo y me lo encuentro como esperaba, caos total. tengo un encontronazo con Sapphira, que está haciendo lo posible por despertar a los que siguen dormidos. Me aseguro de que todos están dispuestos para repeler el ataque y subimos a la cubierta. Ni timonel, ni marinos cuidando las velas... y para colmo el viento nos arrastra contra el arrecife, y las olas van contra el viento. "¿pero esto qué es?" mis compañeros se abalanzan sobre las velas y el timón desesperados, me corresponde a mí discernir entre la ilusión y la realidad, trato de calmarme y de ver la realidad que la magia me está negando, si consigo averiguar que es lo que falla y comunicarselo a mis compañeros podremos hacernos cargo del problema real. Mientras, ellos consiguen arriar las velas y detener el barco antes de que choque contra el arrecife, bueno, la fortuna también ha ayudado, tendré que hacer una ofrenda a mi señora más adelante. La segunda de a bordo sale del camarote del capitán con el gesto compungido portando su arma y una reliquia rota "El capitán ha muerto, y algo me impide despertar a mis compañeros!, Abandonamos el barco!" El bote desciende, mientras yo todavía no tengo claro qué narices es lo que falla, hasta que un trozo del palo mayor me cae encima, aunque el fuego no parece real algo está deshaciendo literalmente el barco. por suerte me ha golpeado donde cargaba el petate con la armadura, y no me ha hecho demasiado daño, ya van dos las que le debo a mi señora esta noche. Alcanzo a mis compañeros y ayudo a la joven marinera a guiar el bote a tierra "¿Como habrá llegado esta joven a ser la segunda de a bordo?" la verdad es que no me había fijado hasta ahora en ella, su piel está morena y curtida como la de un hombre, pero la figura desde luego la tiene de mujer, jeje, además la cara y los ojos son bastante agradables. De la costa alcanzamos el camino real sin problemas, y la vista de la posada (aunque sea de las caras) nos anima bastante. Sherezade, la marinera, ha debido pasarlo peor de lo que imaginaba, se ha desmayado durante el camino y he tenido que cargar con ella (Jejeje) pero nada más entrar ha recuperado la consciencia, y todos hemos sentido como la fatiga se desvanecía

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